A 40 años de la muerte de Louis Armstrong







Tenía 12 años cuando huyó de la policía con una pistola en mano y se escondió en un hogar para mendigos. Allí aprendió a tocar varios instrumentos, entre ellos la trompeta.



Su final fue como el que muchos desearían: el 6 de julio de 1971, Louis Armstrong se quedó pacíficamente dormido para siempre. El miércoles se cumplen 40 años de la muerte del músico de jazz más grande de todos los tiempos.


"Tenía una enfermedad cardíaca y murió a primera hora de la mañana, en casa, en su cama, con su Lucille junto a él", cuenta Deslyn Dyer, de la casa museo Louis Armstrong. Sólo dos días antes de morir, Pops, como lo llamaban cariñosamente, había celebrado su presunto cumpleaños en el jardín con amigos y vecinos.






De acuerdo con sus biógrafos, sus habilidades musicales y su brillante personalidad lo llevaron a transformar el jazz desde su condición inicial de música de baile con raíces folclóricas, a una forma de arte popular.

Aunque en el arranque de su carrera cimentó su fama sobre todo como cornetista y trompetista, más adelante su condición de vocalista lo consagró como una figura internacionalmente reconocida y de enorme influencia para el canto jazzístico.

Louis Armstrong nació el 4 de agosto de 1900 en New Orleans, Louisiana, en el seno de una familia muy pobre, sin antecedentes musicales, que habitaba en uno de los barrios marginales de aquella ciudad estadounidense.



Su primer contacto con la música surgió en un reformatorio para niños abandonados, donde fue admitido por buena conducta en la banda de este organismo.

Fue el director musical de esta banda, Peter Davis, quien lo aconsejó a elegir la trompeta como su principal instrumento, aunque logró dominar otros. Al salir del reformatorio, en 1914, comenzó a trabajar en los cabarets de Storyville, donde se concentraban todos los locales nocturnos de la ciudad.

En ese lugar conoció al cornetista King Oliver y en 1918, con una bien ganada reputación como cornetista, fue contratado por el director de la orquesta Kid Ory; posteriormente, el pianista y director de orquesta del género “hot jazz”, Fate Marable, lo incorporó a su prestigiosa banda.
En 1922 llegó su gran oportunidad: King Oliver lo llamó para que se incorporarlo a su “Creole Jazz Band” en Chicago, donde comenzó su apoteósica carrera, cuya fama llegó hasta Fletcher Henderson, quien era considerado como el mejor director musical negro del momento.

Tras incorporarse a la banda de Henderson, Armstrong en tan sólo un año logró revolucionar el estilo y la forma de tocar de sus compañeros y grabó con las mejores cantantes de blues de la época, como la gran Bessie Smith.



Entre 1925 y 1928, luego de dejar la banda de Fletcher, formó sus dos propios grupos musicales: “Hot five” y “Hot Seven”, con los que realizó varias grabaciones que, a decir de sus críticos, constituyeron la semilla germinal de todo el jazz que hoy se conoce.

En 1932 viajó por primera ocasión a Europa, donde consiguió un espectacular éxito en París, mientras que del otro lado del Atlántico, Hollywood lo reclamaba y apareció en numerosas películas de desigual calidad.

A mediados de la década de 1940, formó su celebérrimo grupo “All Stars”, con el tombonista Jack Teagarden; el clarinetista Barney Bigard; el pianista Earl Hines; el baterista “Big Sid” Catlett y el contrabajista Arvell Shaw.

Con ellos, Louis Armstrong se presentó el 13 de agosto de 1947 en el club “Billy Berg’s” de Los Ángeles, California, y en esa nueva etapa se desenvolvió hasta el final de sus días.
Grabó innumerables discos, ofreció magníficos conciertos, sus músicos se renovaban sin que la calidad del grupo se resquebrajara, y el mundo entero vio a Louis Armstrong llevar su sempiterna sonrisa por los cinco continentes hasta su muerte, el 6 de julio de 1971.


Ik. Durán.






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